Cuando pensamos en aranceles, solemos asociarlos a bienes físicos. Sin embargo, en una economía
La dependencia europea de EE. UU.
Europa mantiene una fuerte dependencia de corporaciones tecnológicas estadounidenses como Microsoft, Amazon Web Services o Cisco. Si EE. UU., bajo la presidencia de Trump, reactivase medidas arancelarias o limitaciones a la exportación de productos digitales, el impacto sería directo:
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Mayor coste en la implementación de soluciones de seguridad.
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Riesgo en la continuidad de proyectos de gobiernos, empresas y centros de investigación.
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Incremento de la vulnerabilidad al depender de proveedores externos.
📑 Más información:
Respuesta europea: soberanía digital
Europa ya había iniciado movimientos estratégicos con iniciativas como GAIA-X, la nube europea, y el Reglamento NIS2. Un escenario de presión arancelaria desde EE. UU. podría acelerar:
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El desarrollo de hardware y software libres de dependencias críticas.
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La consolidación de alianzas con otros bloques tecnológicos como Japón o Corea del Sur.
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El refuerzo del RGPD como estándar global de referencia en privacidad y protección de datos.
El caso español: dependencia crítica
En España, la situación es especialmente sensible. Gran parte de las infraestructuras estatales y corporativas dependen de proveedores estadounidenses. Aunque la Ley 11/2022 y el Esquema Nacional de Seguridad (ENS) establecen marcos sólidos, su eficacia depende de un acceso continuo a recursos tecnológicos.
De imponerse aranceles o restricciones, España necesitaría:
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Acelerar la formación de especialistas en ciberseguridad.
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Incrementar la inversión en empresas locales de tecnología.
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Reforzar su apuesta por la soberanía digital en cooperación con la UE.
Conclusión: un reto global con respuesta europea
La ciberseguridad es global, pero la soberanía digital requiere autonomía tecnológica. Si Trump traslada su lógica arancelaria al ámbito digital, Europa tendrá que responder con